En la entrada y salida norte desde y hacia le Estación Museo Nacional, sobre la carrera 7a. se pueden ver estos adefesios de separadores de vías que han dejado ahí sin indolencia alguna, después de haber sido finalizadas las obras de la estación.
En este sector del Centro Internacional de Bogotá que ha ido quedando tan bonito en su estética urbana, este es un parche donde no es el dolor. Estos separadores fueron puestos provisionalmente, pero como en tantas obras de la capital que a nadie le duelen, dejaron estos separadores, que son de plástico, como definitivos.
Cómo no imaginar mejor la estética de las obras que en este caso complementan el entorno urbano de uno de los pocos sectores en la capital que tiene unos bellos atractivos arquitectónicos, empezando por el Museo Nacional o los edificios de la zona cuyas fachadas están terminadas en piedra muñeca, típica de esta región.
Si es que ya todo está inventado, solo falta que no haya tanto torcido, tener más visión de ciudad, quererla un poco más, sentirla suya, pero estos son valores que los contratistas y funcionarios del Distrito no tienen en su propia escala. El fin es robar un poquito por acá y otro por allá y que los ciudadanos sigamos sufriendo la desgracia de estar gobernados por personas inescrupulosas de los presupuestos públicos.
Este es el tipo de separadores de concreto que deberían estar puestos de forma definitiva en la "vía más importante de la capital colombiana".
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