¿CÓMO VA EL SITP 2 AÑOS DESPUÉS DE SU ARRANQUE?


Agosto es la nueva fecha que TransMilenio le indicó a los operadores para tener listo el modelo de transporte.

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    (Foto propia de este blog)

 En los barrios los ciudadanos ya comienzan a notar que se agotan algunas de las rutas de buses tradicionales que usaban para transportarse. Muchos empiezan a sentir la necesidad de aprender del Sistema Integrado de Transporte Público (SITP), ese modelo al que le han huido por el temor de no saber cómo usarlo. El esquema, que aún sigue siendo una promesa para cambiarle la cara a la ciudad, va en un 66% de avance y aún hay varias tareas que deben cumplirse para que esté listo, lo que según cálculos de Transmilenio ocurriría en agosto.
De acuerdo a fuentes consultadas por El Espectador, la más reciente comunicación enviada por Transmilenio a los operadores les indica que el cronograma de implementación del sistema se corrió para finales de agosto. Para esta fecha, según los cálculos optimistas del Distrito, solo deberían quedar pendientes los 780 buses híbridos que en total deben ser incorporados como parte del plan de ascenso tecnológico del sistema.
Inicialmente, el plazo fijado por el Distrito para tener listo el SITP era de 18 meses, con un avance gradual que evitara el caos ocurrido en Santiago de Chile con su modelo Transantiago, el cual arrancó simultáneamente. Es decir, que el esquema de la capital colombiana debía estar en marzo o abril de 2014, si se tiene en cuenta que comenzó en julio de 2012.
Si el avance del SITP bogotano continúa al modesto ritmo de 3% de promedio mensual que ha tenido hasta ahora, todo indica que para que los ciudadanos vean completo el modelo faltaría al menos un año más. Un gran trabajo le queda por delante a Transmilenio en medio de problemas como la crisis financiera que atraviesan dos operadores del sistema, y que ha hecho que no cumplan con ingresar el número de buses requeridos para la operación.
Del total de componentes del SITP los que más tienen retrasos son la chatarrización de buses viejos, que va en un 33,5% y el desmonte de rutas del Transporte Público Colectivo que alcanza un 35,2%. En total las rutas deberían ser 508 y a la fecha sólo van 179. De ahí que se siga viendo a tantos buses tradicionales en competencia con los azules, rojos y naranja del SITP.
Esta tarea de chatarrizar y sacar rutas viejas está a cargo de la Secretaría de Movilidad, que ha negado retrasos e insiste en que debe ser un proceso paulatino. “Con la falta de coordinación en el proceso que han mostrado Transmilenio y Movilidad es probable que las fechas (de la implementación) se sigan corriendo”, asegura la veedora distrital, Adriana Córdoba.
A pesar de lo mucho que falta, la gente sí se está subiendo al SITP. La demanda de pasajeros va en aumento, pues mientras en marzo de 2013 el sistema tuvo más de 44 millones de entradas, en el mismo mes de 2014 la cifra alcanzó casi los 70 millones de entradas.
“La respuesta general de los usuarios a los nuevos servicios del SITP ha sido positiva. Aunque existen algunas quejas por manejo agresivo de los conductores y falta de información respecto a los servicios ofrecidos y la recarga de tarjetas, existe una percepción mayoritaria que el cambio al SITP es positivo”, son las palabras deDarío Hidalgo, exsubgerente de Transmilenio y actual investigador de Embarq.
Antes de que se empezara a implementar el SITP había gerencia y equipo a cargo de éste. Una vez comenzó no hay gerente, son los mismos equipos de Transmilenio y Movilidad. Mientras no le demos una fortaleza al liderazgo institucional vamos a seguir en retraso. Hay que dar cronogramas”, concluye Adriana Córdoba.

    (Foto propia de este blog)

El limbo con los dos operadores incumplidos

Aunque el desmonte de las rutas del TPC y la chatarrización de buses debe tener mayor agilidad, o entre Movilidad y Transmilenio si se quiere, quizá no sea el mayor problema que tiene el sistema. Si hay operadores del SITP que incumplen con el número de buses que deben tener, se complica aún más la salida de rutas viejas para que sean reemplazadas por las del nuevo sistema. Esto es lo que ha ocurrido con Coobus y Egobus, dos operadores que desde antes de que arrancaran, tenían serios problemas financieros, como lo contó El Espectador.
Estas dos empresas son las que agrupan a los propietarios de los buses tradicionales, que decidieron unirse para hacer parte de este gran negocio. Esta inclusión de los pequeños transportadores significó la democratización del SITP. Desde un comienzo el Distrito supo de las dificultades que tenían estas empresas, especialmente Coobus, para tener sus cuentas al día. Incluso una fuente del proceso contó que se alcanzó insinuar que debía liquidarse su contrato, pero la idea de un sector en la Alcaldía, en el que estaba el exsecretario de Gobienro Guillermo Asprilla, era que ‘eso no se podía hacer porque era la gente pobre’.
A finales del año pasado el alcalde Gustavo Petro insistió en un debate ante la Comisión 6 del Congreso, en que debía haber un salvavidas para estas empresas, porque no todo podía quedar en manos de los grandes operadores. De hecho, hace un par de días el mandatario pidió una cita con la Superintendencia de Puertos y Transporte para hablar del tema.
Transmilenio, entonces, se ha debatido entre los retrasos del SITP y los problemas causados por estos operadores, y la presión que recibe de la Alcaldía, que insiste en proteger estas empresas pero tampoco indica un plan concreto y realizable. Esta empresa de transporte masivo habló de las posibilidades de entregar el contrato de Coobus a otro operador con mayor músculo financiero, o hacer otra licitación, pero ante las ideas quedaron apenas sobre la mesa. Sin embargo, hay un proceso de caducidad del contrato de Coobus, que empezó en diciembre de 2013.
“Frente a esos procesos el que tiene que actuar es Transmilenio, cumpliendo su rol de ente Su deber es garantizar el cumplimiento en el servicio por parte de los operadores. De otros temas de política pública se encarga el alcalde”, señala la veedora Córdoba.
En la vida diaria de los ciudadanos el golpe se evidencia en los retrasos en las frecuencias de los buses que deberían pasar por zonas como Fontibón, en el caso de Coobus, pues hay menos buses de los previstos.


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Integración de tarjetas no estaría en diciembre según veedora distrital

A pesar de que el pasado 7 de mayo el gerente de Transmilenio, Fernando Sanclemente, anunció que las empresas que se encargan del recaudo de las tarjetas de Transmilenio y el SITP habían llegado a un acuerdo para que por fin esté lista la integración, lo cierto es que falta que se hagan las modificaciones a los contratos, donde esto quede firmado por cada una de las partes.
Después de la pelea legal en la que estuvieron por estos dos años Angelcom (encargado de la fase I y II del sistema) y Recaudo Bogotá (a cargo del SITP), finalmente acordaron que esta última empresa instalaría sus torniquetes y lectores –que ya reciben cualquiera de las tarjetas verde, roja y azul- en todas las estaciones de la fase I y II de Transmilenio, donde hoy los ciudadanos solo pueden entrar con la tarjeta Cliente Frecuente o Capital.
Como explica Adriana Córdoba, esta es una solución que estaba contemplada para diciembre de 2015, cuando se vence el contrato de Angelcom y tendrá que salir del negocio en la ciudad. Pero en vista de los inconvenientes de la integración de tarjetas, se adelantó el proceso. Una de las aclaraciones, fue que se haría sin perjudicar los ingresos que Angelcom espera recibir hasta el otro año por el recaudo que hace actualmente, y sin generar gastos adicionales para Transmilenio.
No obstante, la solución requiere un gran poceso de planeación de detalles técnicos, financieros y jurídicos, para que finalmente queden plasmados en los otro sí o modificaciones que se hará a los contratos. “Ahí lo que necesitamos es que Transmilenio lidere el proceso de forma organizada con cronogramas de las discusiones y anexos técnicos de los otro sí. Se requiere una planeación rigurosa porque son 114 estaciones y no pueden parar el servicio por una semana para instalar los equipos”, dice la veedora.
Así las cosas, la integración de tarjetas “no estaría en diciembre. En el mejor de los escenarios se tendrían los otro sí pero los equipos pedidos (para instalar los torniquetes) llegarían hasta el otro año. Se van a demorar por lo menos tres meses entre la solicitud de equipos hasta que lleguen aquí”.
Pedro Ruano, vocero de Recaudo Bogotá, dice que esperan que Transmilenio ponga en la mesa las obligaciones de cada uno. “Estamos listos a firmar otro sí que garantice la sustitución de equipos. Lo único positivo es que nuestra parte ya está lista. También propusimos un documento pero no lo han firmado”, concluye.

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