Esto no es más que la punta del iceberg. Esto es pan de cada día.
Habría que esculcar y ver en las profundidades del funcionamiento de este mal llamado Sistema Integrado de Transporte Público-SITP.
¿Será que el honorable alcalde habrá montado alguna vez en uno de estos? Pero tendría que hacerlo de incógnito, para que sienta lo que es ir en estas cajas maquilladas, donde el trato al pasajero es el mismo que el del transporte normal al que está reemplazando: como bultos de papas y no como seres humanos que son quienes además pagamos el sistema.
Le garantizo que será una experiencia inolvidable.
No sé qué clase de "formación" les impartirán a los conductores de estos trebejos, pues tienen los mismos vicios de los otros: timonazos intempestivos a diestra y siniestra, frenazos sorpresa y exceso de velocidad.
Deberían entregarle a uno un arnés acompañado de rodilleras, codilleras, guantes y casco, porque con esta forma de conducir está uno expuesto a una lesión... ¿y quién responde?
Y nadie hace nada, no hay control, ni supervisión, ni seguimiento. Nada. Todo funciona a la guachapanga, andan como locos por la ciudad y encima la gente aún despistada sin saber cómo es que son los trayectos de las rutas, todos perdidos como zombies.
En resumen, un desastre. Cómo es posible que la veeduría distrital no tenga velas en este entierro (ver sus objetivos y funciones http://www.veeduriadistrital.gov.co/veeduria/Objetivos_y_funciones.page).
Porque tal como va esta situación, el desfile de accidentes, maltrato, víctimas mortales, heridos, contaminación, formarán una caravana de la muerte... ¡y no pasa nada!
Terrible panorama.
¿Cuál ha sido tu experiencia? Cuéntanos.
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